Crucero Costa Serena |
Los forenses han determinado que Branislav no murió ahogado, puesto que no había agua en sus pulmones, y que tenía un fuerte golpe en la cabeza, aunque de momento no han podido determinar si ese golpe lo recibió antes de caer, durante la caída o al impactar contra el agua, que dada la altura desde la que se precipitó —más de 35 metros— habría provocado lesiones similares a las de una superficie dura. Así las cosas, la juez de Quart de Poblet (Valencia) que investiga los hechos ha autorizado a la cuidadora, Clodette D., a que regrese a su domicilio, en Francia, dado que no existen indicios suficientes por el momento como para determinar que se trate de un homicidio. De hecho, la mujer, de mediana edad, abandonó ayer por la mañana el hotel de Valencia en el que había permanecido alojada a petición de la juez desde el pasado viernes.
En caso de que las pruebas complementarias solicitadas por los forenses —toxicológicas y químicas, entre otras—, y cuyos resultados aún tardarán un tiempo en conocerse, no establezcan con claridad que alguien mató a Branislav, es probable que la juez de Instrucción número 3 de Quart se inhiba en favor de su colega del número 13 de Valencia, que era la magistrada de guardia en esta ciudad cuando el Costa Serena atracó en el puerto con un pasajero menos a bordo.
A las 8.30 horas del viernes, la cuidadora dio la voz de alarma puesto que no encontró al anciano dentro de su camarote, donde hallaron una nota supuestamente escrita a mano por Branislav en la que, en francés, agradecía a Clodette los servicios prestados y anunciaba que le dejaba a ella todas sus pertenencias.
La juez de Quart estudia ahora la posibilidad de proseguir con la investigación y solicitar un estudio caligráfico que confirme que la nota fue escrita por el fallecido, que no tenía familia directa y llevaba años retirado de la danza. Branislav cayó al agua en la madrugada del viernes, cuando el Costa Serena cubría el trayecto Palma-Valencia, a unas 13 millas aproximadamente del norte de Ibiza.